Eres diplomático y sabes cuidar bien tus palabras.
Tu tono de voz tranquilo y cálido también ayuda para que este proceso sea exitoso.
Mantienes buenas relaciones con los demás, eres buen comunicador, estructuras bien tus ideas.
Sin embargo, te cuesta mostrar tus sentimientos o, por el contrario, afloran demasiado y no sabes cómo controlarlos.
Acudes más a las emociones que a la razón y eso a veces te trae problemas, todo dosificado es mejor.